Ahora que en Ginebra se están dando los primeros pasos en
pos de un acuerdo en Siria, sería bueno que se tomara nota de cómo se convivió por esta zona por donde me
encuentro, durante muchos siglos, durante la época musulmana. Tres religiones
principales podían hacerlo simplemente respetando a la otra persona. Quizás sea
una posible vía alternativa al menos para acercar posiciones…
Cuando el comandante Tarík
ibn Ziyad tomó tierra junto al llamado monte Calpe, en tierras hispanas, no
pensaba seguramente que ese promontorio que se creía formaba parte de las
Columnas de Hércules llevaría un día su nombre, y que la entrada de fuerzas
omeyas en este lado del Mediterráneo duraría más de ocho siglos.
Era una noche del año 7ll, y los bereberes iniciaban la gran
conquista. El lugar elegido fue llamado posteriormente “Monte de Tarik”, en
honor del comandante ( en árabe Yabal
Tárik), de donde deriva hoy la
palabra Gibraltar. Ubicada junto a la Bahía de Algeciras, al parecer en la
playa de Tarifa fue donde Tarík desembarcó sus hombres, unos 7.000 en total.
Dicen que quemó sus naves,(supongo que con alguna excepción, porque un barco no
era suyo), más tarde arengó a la tropa y
comenzó la conquista. Al principio sin problemas, pero luego el rey godo
Rodrigo le presentó batalla. Llegaron 5.000 omeyas más, y luego 18.000 más. Al
año, la incursión musulmana estaba consolidada, y se fue incrementando hasta
conquistar prácticamente toda la península bética.
ESTADO DE HISPANIA EN ESE ENTONCES
Había por aquel entonces un reino visigodo que primero
gobernó Rodrigo, y al morir (se dice que en una batalla contra los musulmanes),
lo continuó Agila, y luego Ardo. Los reyes godos o visigodos tenían problemas
dinásticos y había una especie de guerra civil entre ellos. Por otro lado,
había muchos judíos en la región, que eran ninguneados por los reyes, como
ciudadanos de segunda. Al norte de África también los había, y muchos
musulmanes profesaron entonces la fe judaica o la cristiana. Esto los convertía
en amigos de alguna manera. Los judíos ayudaron a los bereberes, ya que sabían
que sus condiciones de vida mejorarían con la entrada de estas tropas
musulmanas. (el mismo Señor de Ceuta ayudó a Tarik al cruce del Estrecho de
Gibraltar con sus tropas en su propio buque ).
Corán utilizado en Al Ándalus - en castellano |
Hubo también una peste, que menguó la población bética, y
por si fuera poco, al parecer Agila II, que gobernaba la región norte, había
atacado también a Rodrigo, que estaba en el sur. Vamos, que las fuerzas
hispánicas no lo tenían nada claro, y los musulmanes aprovechaban esta
coyuntura para ir anexionando territorios. Al cabo de pocos años estaban afianzados
en toda la península, y solamente se les escapó el entonces Reino de Asturias,
y la mitad de la hoy Francia, cuyo poder detentaba el Imperio Carolingio.
Bien, esto era un tremendo carajal, y hasta se dice que los
leales a Agila II colaboraron para que entraran los moros, con la esperanza de
consolidar sus fuerzas y luego derrocarlos…pero no ocurrió nada de esto.
De manera que con el asentamiento de los musulmanes
(mayormente sirios), en la Región Bética, (Hoy España y Portugal + media
Francia), nacía una nueva situación política, religiosa y de convivencia con
los vencidos.
LA POLITICA ADOPTADA POR LOS INVASORES
Los musulmanes, principalmente árabes y bereberes,
mantuvieron después de la conquista, sus más y sus menos. Especialmente en lo
concerniente a tierras ocupadas, lo que hizo que durante varios años hubieran
pequeñas guerras entre ellos, y de manera interna, entre clanes árabes. Pero al
parecer, los primeros tres años fueron los decisivos, y se logró la conquista
con muchas capitulaciones y rendiciones
acordadas entre godos y musulmanes. Aquí comenzó entonces los que fue
llamado “la etapa de Convivencia”,
que llegó a durar más de ocho siglos – y algunos suman hasta 10 -, en el cual
los vencidos continuaban su vida, pagando tributos (por supuesto!), pero
pudiendo mantener su fe religiosa, lo mismo que ocurrió con los judíos
asentados en la región.
Se había formado para entonces un Califato islámico,
dependiente del Califa omeya con capital en Damasco, Siria. Se nombró un Emir,
o gobernador general, y se inició entonces una organización general hasta
formar la llama España Mora (“moro”
viene del Latín y del griego “Mavros”, de donde sale luego Mauro y mauritanos,
por ejemplo.) La Península Ibérica se transformó entonces en un estado musulmán
(o islámico), donde se permitió la continuidad de estas otras religiones,principalmente
judías y cristianas. Al parecer, en ese entonces eran religiones muy parecidas.
Los judíos tenían costumbres de convivencia en el norte de África con los
musulmanes y los cristianos entonces no creían en Jesús, dado que la llamada
“Trinidad” aparece posteriormente, sobre el año 325, en el llamado Concilio de
Nicea, y produjo un cisma religioso del que costó salir.
Mapa del califato Omeya |
Pero era la Época de Oro del Islam, que extendía sus tierras
desde Al-Ándalus (llamado así al
parecer como sinónimo de “Pueblo de vándalos”, un grupo germano que ocupaba la
Península Bética y parte del norte africano), hasta la mismísima China. De modo
que toda la región, incluida Septiminia, la zona conquistada en Francia, se
denominó al-Ándalus por los musulmanes. Las sucesivas conquistas hicieron que
se gobernara en los países y regiones conquistadas, con ayuda del Estatuto del Ahl al Dhimma, es decir “la gente del
Pacto”.
Este Pacto
permitía a los lugareños continuar con sus propias costumbres, si bien la
conversión al islam traía ventajas que muchos aprovecharon. Así, desde el siglo
octavo, y en otras regiones del planeta,pueblos como los cristianos arrianos,
los nestoranos, los coptos, judíos, zoroastrianos, maniqueos, hinduistas o
monofisitas, pudieron seguir profesando su propia fe religiosa. Por su parte, a
los musulmanes eso le facilitaba enormemente la instalación más o menos
pacífica en territorios conquistados, evitando luchas intestinas que
debilitarían su posición.
Por ejemplo, en el documento más antiguo de la era andalusí,
el Emir Abdul Aziz permitió al
entonces gobernador de Orihuela, que se mantuviera como gobernador inamovible
de su pequeño territorio durante muchos años. En ese entonces, al parecer se
utilizaba el criterio islámico dimanante del Corán, y la Sunnah ( o Tradición del profeta
Muhammad), que respetaba los derechos y propiedades de los conquistados. Eso sí, abonando el
correspondiente tributo o “tarifa” al estado islámico. Esto dio pie a que durante
más de ochocientos años estas tres religiones, la islámica, la judaica y la
cristina pudieran convivir más o menos
pacíficamente en la Península Ibérica.
Cuadro de la Batalla de Guadalete, donde moriría el rey visigodo, Rodrigo |
No fue hasta 1492, año en que Colón zarpó hacia el
descubrimiento americano, en que esta región fue reconquistada totalmente .
Esto podría dar pie asimismo a numerosas hipótesis sobre los numerosos conflictos
con que debió lidiar Cristóbal Colón para poder zarpar en sus tres naves, y en
el tipo de tripulación que llevaría a bordo, un centenar de hombres de toda
procedencia.
Para ese entonces, lo que fuera un orgulloso califato
islámico había quedado reducido a diversas regiones ocupadas,más o menos
aisladas, en lo que era un verdadero “reino de Taifas”, como se denominaba
entonces, y que los hispanos aprovecharon para ir recuperando paulatinamente el
territorio, hasta culminar en su totalidad en el año de 1492. A poco de la
caída total fue cuando los Reyes Católicos ungieron a su pupilo Colón, y
comenzaron la conquista, hacia otro continente.
De manera que es dable pensar si no sería posible en Siria
una convivencia de ese estilo.
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